Emiliano Hernández Zamudio
La mayoría de nosotros damos por hecho que el no tener un peso en la bolsa y demasiadas cosas en qué preocuparse son razones suficientes para no viajar, quizás “a dar la vuelta” por el Distrito Federal y conocer un poco más de esa enorme ciudad (o de cualquier sitio). Sin embargo, el no tener dinero no es impedimento para descansar, conocer y turistear.
En esta sección mostraremos la mejor manera de descubrir y conocer nuevos lugares con muy poco dinero. Sitios increíbles que pueden estar a no más de 10 kilómetros y que posiblemente no sabíamos existían.
Como ejemplo tenemos una simple búsqueda en la red, en la que nos encontramos con el Museo Nacional de las Culturas, el cual se ubica en una zona en la que seguramente algunos de nosotros hemos caminado decenas de veces sin habernos percatado de su existencia, el Centro Histórico de la Ciudad de México. A unos cuantos pasos del Templo Mayor y del Antiguo Colegio de San Ildelfonso, en el número 3 de la calle de Moneda, en la Delegación Cuauhtémoc.
El Museo Nacional de las Culturas fue edificado entre 1731 y 1734, diseñado por el arquitecto Don Juan Peinado, dentro de sus paredes, las cuales fueron pintadas por Rufino Tamayo, se acuñaban monedas de la época. Para el año de 1835, Guadalupe Victoria buscaría hacer de este edificio un museo, sin embargo, sería hasta 1866 que Maximiliano de Habsburgo lo inauguró como tal. Esta impresionante estructura arquitectónica fue declarada monumento nacional en el año de 1931.
Al entrar nos maravillamos con las estructuras del edificio que hacen ver los muros de cualquier casa como de papel. Los interiores perfectamente ambientados nos atraparon a primera vista, con ganas de seguir caminando y descubriendo cada rincón del lugar. Un cúmulo de pasillos enormes con exposiciones sorprendentes, mismos que están abiertos al público en general de forma gratuita de martes a domingo; artefactos antiguos y preciosos que dan la impresión de estar en la época del objeto, como lo es un majestuoso sarcófago egipcio, detalladas estatuas griegas y algunas más de América hasta Mesopotamia. Con más 14 mil artículos en exhibición para ser visitados desde las 10:00 y hasta las 17:00 horas, este museo es una visita obligada que, sin duda alguna, atrapará a todo aquel que pase por sus puertas.
Por si fuera poco, este museo cuenta con una biblioteca y librería propia, además de unos hermosos y bien cuidados jardines, eso sin contar la perfecta conservación de los detalles de los muros que hacen un sincretismo entre los primeros años del México independiente y las culturas antiguas.
Un oasis en medio de un tumulto de vendedores ambulantes, gente estresada, gritos y sombrerazos, al poner un pie dentro de este inmueble, el mundo cambia y nos sumerge en un apasionante mar de conocimientos que es altamente recomendable. Un lugar al que tenemos que regresar, ya que por la mínima cantidad de un boleto de metro, logramos descubrir cosas increíbles que pocas veces se pueden ver y que estamos seguros, ustedes Lectores tampoco pueden dejar de visitar, turisteando sin mucha lana.
