El destino que por años luchó por posicionarse con una promoción latente, ahora se encuentra a la expectativa.
Opinión Pasillo Turístico
Luego de la salida de Marc Murphy de la Oficina de Visitantes y Convenciones de Riviera Nayarit, a finales del año pasado, los cambios no se han hecho esperar. El destino que por años luchó por posicionarse con una promoción latente, ahora se encuentra a la expectativa, pues de acuerdo con la tendencia que dictan los tiempos y el nuevo gobierno, creen que invertir en promoción o en una buena agencia de relaciones públicas y comunicación, está de más.
De hecho, también en noviembre del año pasado, Riviera Nayarit dio las gracias a la agencia Newlink, que acompañó al destino en este posicionamiento en los últimos tres años. Del equipo que impulsó y que trabajó por el posicionamiento del destino se rescatan solo algunos nombres.
El gobierno de la 4T ha traído al país y a algunos destinos una pausa y hasta un retroceso en cuestión de promoción y presencia internacional, algo que traerá consecuencias, y no será a largo plazo, ya que si bien al país no le interesa la promoción, o destacan que no hay recursos, otros países más pequeños invierten hasta el triple en ello.
El nuevo gobierno consideró que la OVC a cargo de Murphy representaba un cargo financiero excesivo para el erario estatal, la cual, destacan, se mantenía en operación con los recursos del 3% al hospedaje, y operaba con un presupuesto mensual de un millón de pesos.
Recordemos que Marc Murphy comenzó a trabajar en 2004 en las campañas de promoción, difusión y relaciones públicas que realizaba entonces la Asociación de Hoteles y Moteles de Bahía de Banderas.
En 2007, se sumó de lleno a las acciones promocionales que comenzaron con la marca Riviera Nayarit, creada por el entonces gobernador de Nayarit, Ney González Sánchez (2005-2011), quien supo sumar a los empresarios, hoteleros y turisteros para promover al estado y sus destinos turísticos.
Fueron casi 18 años en los que Murphy permaneció ligado al sector hotelero y la promoción de Bahía de Banderas y Riviera Nayarit.
Y aunque el destino sigue creciendo en infraestructura hotelera de primer nivel, esto podría ser el principio de un declive, aunado a la falta de interés e individualismo de su contraparte, Puerto Vallarta, con los que habían formado una alianza de promoción, que en su momento dio muy buenos resultados.