Por Francisco Gabriel Vizcaíno*
La economía mexicana enfrenta retos complejos en los próximos años, especialmente considerando un posible regreso de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos y la posibilidad de que los republicanos mantengan el control en el Senado, lo que impulsaría nuevamente su política comercial proteccionista. Este panorama nos remite a los momentos difíciles de 2016, cuando las tensiones comerciales y políticas generaron una considerable incertidumbre económica. Actualmente, en la era pospandémica y en un frágil contexto global, los mexicanos podríamos enfrentar complicaciones similares, aunque con nuevos matices que merecen un análisis profundo.
Crecimiento económico y perspectivas de desaceleración
México ha mantenido un crecimiento económico moderado, impulsado principalmente por el consumo privado y el fortalecimiento del mercado laboral, con una proyección de crecimiento del 2.9% para 2024. Sin embargo, para 2025-2026, este crecimiento podría enfrentar una desaceleración ante un posible regreso de Trump y una mayoría republicana en el Senado de los Estados Unidos, lo cual podría derivar en políticas que afecten las exportaciones mexicanas, especialmente en sectores estratégicos como el automotriz.
La incertidumbre sobre el futuro del T-MEC también podría reducir la inversión extranjera directa, lo cual afectaría la estabilidad económica de México a mediano plazo.
Política monetaria e inflación
Como se ha observado a lo largo de 2024, la inflación sigue siendo un obstáculo importante para la economía de los mexicanos. Aunque el Banco de México espera iniciar un ciclo de recorte de tasas en 2024, esta política podría retrasarse si persisten las presiones inflacionarias debido a factores externos. Un posible regreso de Donald Trump, junto con la volatilidad de los mercados internacionales, podría generar una devaluación adicional del peso, lo que encarecería los bienes importados y, a su vez, elevaría los costos para el consumidor mexicano. En un contexto donde la inflación sigue siendo un reto estructural, el impacto en el poder adquisitivo de los mexicanos sería considerable.
Programas sociales y retos fiscales
Ante las crecientes demandas sociales, uno de los desafíos más críticos para el gobierno mexicano será mantener una política fiscal estable. Los programas sociales han sido un pilar importante para el gobierno, pero la carga fiscal que representan podría tornarse insostenible sin una reforma que incremente la recaudación. Con una posible desaceleración económica, la presión sobre el gasto público será mayor, limitando la capacidad del gobierno para responder a las necesidades de los sectores más vulnerables. México deberá equilibrar cuidadosamente sus prioridades fiscales.
Relación comercial con Estados Unidos
La relación entre México y Estados Unidos es crucial, no sólo en términos comerciales, sino también debido a la dependencia económica de muchos sectores industriales mexicanos. Con un potencial regreso de Trump a la Casa Blanca y una mayoría republicana en el Congreso, el riesgo de nuevos aranceles podría reavivarse, lo cual afectaría la competitividad de las exportaciones mexicanas. Esto sería perjudicial para sectores clave como el automotriz, uno de los motores de la economía mexicana y generador de miles de empleos. Existe la posibilidad de que el T-MEC se utilice como herramienta de presión en temas migratorios, lo que preocupa al vecino del norte. Aunque los analistas sugieren que el impacto no sería tan extremo como en 2016, la incertidumbre sobre el futuro de este acuerdo comercial genera un clima de cautela para los inversionistas.
México enfrenta retos económicos, políticos y sociales que requieren de una respuesta estratégica, tanto en el ámbito interno como en su relación con Estados Unidos. En este contexto, será esencial que el país apueste por fortalecer su economía interna, diversificar sus mercados de exportación y, sobre todo, mantener políticas fiscales y monetarias prudentes. A nivel internacional, un regreso de Donald Trump plantea un reto adicional; aunque México ya ha transitado por caminos similares, esta situación exige una mayor capacidad de adaptación y resistencia.
Para la sociedad civil y el sector empresarial de Puerto Vallarta, estos cambios globales tendrán impactos indirectos. Un peso mexicano débil y la inestabilidad económica pueden generar incertidumbre, pero también abren la oportunidad para fortalecer el turismo local y el consumo interno. En estos tiempos, debemos mirar hacia adentro y construir economías locales resilientes que soporten los cambios internacionales y generen prosperidad sostenible para nuestra bahía.
*L.A.E. Francisco Gabriel Vizcaíno Rendón es presidente del Centro Empresarial Coparmex Puerto Vallarta.