Con una resistencia admirable y un firme compromiso ambiental, la nadadora de aguas abiertas Stephanie Montero Bending logró una proeza sin precedentes al nadar 44 kilómetros desde el Parque Nacional Isla Isabel hasta la playa El Sesteo, en la Reserva de la Biósfera Marismas Nacionales. Durante 15 horas, 37 minutos y 24 segundos, desafió las corrientes del Pacífico para enviar un poderoso mensaje sobre la importancia de conservar los ecosistemas marinos y costeros.

El impacto de esta hazaña resonó tanto en las comunidades locales como entre especialistas en conservación y deportistas de todo el país, quienes reconocieron el esfuerzo de Stephanie Montero no solo por el desafío físico, sino por el valor simbólico de la travesía.
Romper barreras: Stephanie Montero
En conferencia de prensa, la nadadora destacó que el objetivo fue “romper barreras” por la conservación marina, y que su siguiente reto buscará poner el foco en otras Áreas Naturales Protegidas del país, tanto marítimas como terrestres.

Durante la presentación de resultados, el biólogo Víctor Hugo Vázquez Morán, director de Marismas Nacionales, elogió el valor ecológico, social y turístico de la travesía. Subrayó que esta iniciativa logró visibilizar el rol crucial que juegan las comunidades en la protección de las ANP y reconoció el ejemplo que Montero representa para niñas y mujeres de la región.
Por su parte, el biólogo Jorge Castrejón, director del Parque Nacional Isla Isabel, calificó la hazaña como “impresionante y digna de admiración”, destacando el papel que juega la isla en la conservación de aves marinas y arrecifes coralinos, elementos clave de la biodiversidad en el Pacífico Norteamericano.

Stephanie Montero estuvo acompañada de su equipo técnico y científico, conformado por biólogos, kayakistas y fisioterapeutas, entre otros especialistas. Todos ellos fueron fundamentales para la planeación y ejecución del reto, cuyo mayor logro fue despertar conciencia y emoción entre los habitantes de las zonas costeras de Nayarit, especialmente en las mujeres y niñas que vieron en esta proeza un reflejo del poder transformador del deporte con causa.