Norma A. Hernández / RIVIERA NAYARIT.- Parece increíble, pero muchos habitantes de Bahía de Banderas, en la Riviera Nayarit, desconocen que hay en Nuevo Vallarta una marina y un malecón, una plaza donde pueden caminar y un bellísimo espigón desde donde se pueden admirar los más espectaculares atardeceres.
Ese lugar es Marina Nuevo Vallarta, que ha resurgido en el último año como un lugar donde el arte, la cultura y la gastronomía se promueven en distintas formas.
Y es que además de 12 restaurantes con variada oferta gastronómica, -desde cocina del mar y hamburguesas gourmet, hasta cocina española-, la marina localizada en el estero El Chimo posee un malecón y está muy cerca de la única “ventana al mar” de la zona. Pero no sólo de comida vive el hombre, también hay que nutrir el espíritu, por lo que cuenta con un foro-teatro, el “Stage & Forum”, donde se presentan diversos espectáculos: teatro, performances, grupos musicales, conferencias, exposiciones de arte, etcétera.
Un destino dentro de otro destino
Es como “un destino dentro de otro destino”, comenta Emilio Oyarzábal, director de la marina de seis muelles llena de yates -donde se pueden amarrar hasta 70 embarcaciones-, veleros y lanchas que realizan paseos por los canales del estero El Chimo además de servicio de taxis acuáticos, muy cerca de todo lo bueno que ofrece Nuevo Vallarta y al mismo tiempo alejada del bullicio.
También se encuentra aquí, reitera, un malecón que mide 400 metros de longitud y 10 metros de ancho. Un lugar seguro, con buena iluminación a donde las familias pueden venir a pasear sin ningún problema.
Hay además una plaza con bien cuidados jardines, con su quiosco típico, que le da una atmósfera relajada y que lo hacen un excelente lugar para un paseo al atardecer. También hay cafés y tiendas de ropa y souvenirs.
Por si fuera poco, cuenta con una zona de playa pública certificada por Playas Limpias con un espigón sobre el que puedes caminar y admirar la puesta del sol.
Turismo a través del arte
Con el fin de promover y generar más atractivos para la zona, el año pasado se instaló la escultura de un velero llamada «Espíritu de Aventura», inspirada en la historia de un joven que visitó la marina hace poco más de una década.
La escultura de bronce que pesa 1300 kilogramos, con una altura de 6 metros y 3.5 metros de larga, tiene las velas de acero con alto pulido para reflejar el paisaje, es obra del escultor Octavio González, basada en una idea del pintor Federico de la Vega.