Por Norma A. Hernández / PUERTO VALLARTA, JALISCO.- El chef Mario Castro se define como un artesano, como lo son los habitantes de la región oaxaqueña de la que es originario, aunque él se haya educado en Estados Unidos donde aprendió de los grandes cocineros en prestigiosos restaurantes, y no duda en afirmar que se ha “casado con la cocina”.
La comida no es solo un medio para saciar el hambre, sino una experiencia que debe despertar emociones, afirma. “Los platos tienen que causar emociones; comer es un disfrute, algo efímero que uno paga para vivir el momento”, comparte. Su objetivo, afirma, es que cada comensal sienta que cada peso gastado en sus creaciones vale la pena y quiera repetir la experiencia.
“Siempre fuí algo artístico, estudié música, arte, entonces yo siempre digo que la comida tiene que ser como una canción. Tiene que traer muchas notas y tiene que causar emociones, no nada más estar rica”.
Inspiración y trayectoria
Castro, con 21 años de experiencia en la cocina, tiene una formación única que combina sus raíces oaxaqueñas con influencias de su vida en Estados Unidos.
“Trabajé en muchos restaurantes de alta cocina con chefs famosos, aunque siempre me consideré más un artista que un chef”, explica.
Y es que, su crianza entre artesanos oaxaqueños, que crean desde telas hasta barro negro y alebrijes, influyó profundamente en su visión de la cocina como una forma de arte.
Su juventud estuvo marcada por la pasión por aprender, gastando su dinero en comer en los mejores restaurantes. Este aprendizaje continuo le permitió desarrollar una visión única que combina la alta cocina con un profundo respeto por las tradiciones mexicanas, especialmente las oaxaqueñas.
Cocina honesta y auténtica
Para Castro, la autenticidad es clave. Prefiere centrarse en la calidad del producto y la honestidad del plato. “Hoy en día lo que están haciendo chefs de renombre como Olvera (Enrique) es rescatar las tradiciones de México, sobre todo de Oaxaca. Ya no se trata de tanto show, sino de que el producto sea muy honesto”, comenta.
Recuerda un ejemplo sencillo: “Vi un video de Miguel Valenzuela haciendo una milanesa y se me antojó una torta de milanesa. Hice una en casa con un pan muy bueno, aguacate, y fue una de las mejores tortas que he comido. De algo tan simple se puede hacer algo extraordinario”.
Pasión y evolución constante
El chef Castro destaca la importancia de la humildad y el aprendizaje continuo en su carrera. “Uno ha de ser siempre humilde y siempre aprender”, dice. Se mantiene al día con lo que hacen otros chefs, tanto a nivel local como internacional, y considera esto esencial para mantenerse vivo y joven en su oficio.
Su pasión por la cocina lo ha llevado a sacrificar mucho, incluso su vida personal. “Para mí, la cocina es lo que me mueve. Me he refugiado bastante en la cocina y nunca me ha gustado pensar que ya lo sé todo”, asegura.
Proyectos
Actualmente, Castro es el chef de Comal de Mar, trabaja en consultorías y tiene un proyecto llamado “Las Noches Clandestinas”, con el que planea ofrecer experiencias gastronómicas únicas. Su objetivo es abrir su propio restaurante con un concepto definido: cocina oaxaqueña de mar.
“Estoy en una zona de mar, así que debo adaptarme. El marisco es algo que se me da muy bien, y quiero combinarlo con mis acentos oaxaqueños y las técnicas aprendidas en Europa”, explica.
El chef Mario Castro sigue comprometido con la creación de experiencias culinarias memorables, manteniendo siempre su autenticidad y pasión por la cocina.
