La Temporada de Huracanes Tropicales 2025 en México iniciará con la posible formación de 36 fenómenos meteorológicos, de acuerdo con el pronóstico emitido por la Secretaría de Marina (Semar), a través de su Dirección General Adjunta de Oceanografía, Hidrografía y Meteorología.
Del total estimado, 17 ciclones se formarían en el océano Atlántico y 19 en el Pacífico, según datos presentados por la dependencia. Además, se prevé que ocho de estos sistemas alcancen la categoría 5, el nivel más alto en la escala Saffir-Simpson, lo que ha motivado a las autoridades a hacer un llamado a la población, especialmente en las zonas costeras, para mantenerse informada y extremar precauciones.

¿Cuándo iniciará la Temporada de Huracanes?
La temporada de huracanes en el océano Pacífico Nororiental comenzará el 15 de mayo, mientras que en el Atlántico iniciará el 1 de junio. En ambos litorales, concluirá el 30 de noviembre, de acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de Miami, Florida (NHC, por sus siglas en inglés).

¿Cuál será el primer huracán 2025?
El primer huracán del Pacífico será «Alvin», y también el primero en impactar el territorio mexicano, mientras que el Atlántico será llamado «Andrea».
Los nombres de los ciclones tropicales son definidos por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y se utilizan de manera rotativa cada seis años. Solo se retiran aquellos que han causado daños significativos, por respeto a las víctimas y para evitar confusiones futuras.

Factores que influyen en la actividad ciclónica
Expertos señalan que la frecuencia e intensidad de estos fenómenos están moduladas principalmente por el fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENOS). En su fase positiva, cuando se registran temperaturas superficiales más cálidas en el Pacífico tropical, aumenta la probabilidad de impactos en las costas del Pacífico mexicano. En cambio, durante su fase negativa, con temperaturas oceánicas más frías, los efectos suelen concentrarse en el Golfo de México y el mar Caribe (Magaña, V., 1999).
Además, investigaciones recientes indican que la oscilación de Madden–Julian (MJO) también tiene un impacto relevante en la actividad ciclónica (Klotzbach, Philip J., 2014).